Unidad 7 > 7.2. Críticas y políticas del lenguaje

7. Epílogo

7.2. Críticas y políticas del lenguaje

Podemos definir al lenguaje crítico como interpretativo, racional, afectivo, imaginativo, perceptivo y político. De tal modo, que el lenguaje crítico se constituye como elemento revelador, que edifica un conocimiento apacible y nuevo, exponiendo las formas representacionales que circulan en la sociedad a través de sus personajes, relaciones, obras y espacios, y propone una mirada política sobre el mundo.


ícono citas La eficacia del arte no consiste en transmitir mensajes, ofrecer modelos o contra- modelos de comportamiento, o enseñar a descifrar las representaciones. Consiste antes que nada en disposiciones de los cuerpos, en recortes de espacios y de tiempos singulares, que definen maneras de estar juntos o separados.

(Rancière, 2010: 57)

 

En la escritura como elemento de la política, la sensibilidad se vuelve indispensable tanto para aquel que produce objetos artísticos concretos, como para aquel que los observa y constituye imaginarios a partir de su estimulación.


En este sentido, el lenguaje crítico entraña una conciencia y puesta en valor de su potencialidad como elemento político no desde una “pedagogía de la forma”, que como define Rancière, implica reconocer signos para una lectura del mundo; sino desde un “régimen estético del arte” que configura una percepción sensible que permite cuestionar, poner en tensión y transformar.


El territorio artístico, históricamente ha sido una fuente inagotable de conocimiento, comprensión, denuncia y expresión, donde lo que se pone en juego es la disputa por lo visible frente a lo no visible. Debemos decir entonces, que analizar críticamente las obras de arte implica la reconstrucción de la memoria en torno a cómo esas edificaciones conceptuales son elaboradas.


Reflexionar sobre la condición política del lenguaje crítico se configura como el punto de partida para comprender el lugar del arte en el campo de la política.


ícono citas La crítica finalmente, la concebimos como una construcción de la memoria; entendiendo a esta, como la zona de la condición humana en la que se deposita su proyecto de futuro […] La comunicación, las estructuras informativas, las organizaciones formadoras, las creaciones artísticas y las razones científicas, así como las relaciones establecidas por los imaginarios simbólicos vinculados a las creencias y a las exigencias de formas de conocimiento más amplias que las expuestas, solo son posible si se valorizan en la perspectiva de una visión que nos remita permanentemente al presente como reaseguro de la vigencia del pasado y de la posibilidad de la constitución de un proyecto humano.

(Vallina, 2013)

 

Se recomienda leer: “Imágenes futuras del pasado. De las nervaduras electrónicas de los jóvenes a la reinterpretación de las visiones clásicas”. Entrevista a Carlos Vallina por Alfredo Alfonso y Leonardo Murolo. Revista Razón y Palabra. México. 2012.

Disponible en: <www.redalyc.org>


Carlos Vallina (1940). Profesor y teórico del campo de la cultura en su conjunto, siendo su modo de análisis uno de los más complejos e interesantes que ha formado generaciones de jóvenes en su modo de conocer y reflexionar sobre el arte, la comunicación, lo social y lo político. En 1971 se consagra Licenciado en Cinematografía por la UNLP, pero su pasión por el campo cultural se inicia desde temprano, trabajando en bibliotecas y siendo un lector ávido, y cinéfilo radicado en las salas de cine continuado que la ciudad de La Plata ofrecía décadas atrás. Profesor de la Facultad de Bellas Artes desde 1972 hasta su cesantía en 1975.

En 1985 se incorpora la Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Y en 1993 inicia y vence la lucha por la reapertura de la carrera de cinematografía. En ambas unidades académicas desarrolla su especialidad de realizador cinematográfico desde la perspectiva de la producción audiovisual, la dirección, la crítica y la teoría de las prácticas y lenguajes de la imagen.

La política aparece como un efecto de búsqueda de experiencia, un intento de aproximación a la memoria, de encontrar el lenguaje para comprender e interpretar la obra.


El lenguaje crítico busca modificar el régimen visible, permite pensar un mundo estético, narrativo, poético, simbólico y tecnoexpresivo que propone rumbos propios, y desarrolla una sensibilidad social y creativa necesaria para un lenguaje vivo.


La escritura orientada a la crítica y el análisis sobre arte y tecnología puede optar por diversas formas, por politizar las prácticas o practicar la política desde el lenguaje mismo, por ubicar su mirada en los medios masivos, o alternativos, por comprender al arte en su historia y en su innovación, por definir al espacio como físico o virtual, pero siempre en todas sus intervenciones, el crítico debe ser consciente de que su palabra es pública.

Rancière, J. (2010), “Las paradojas del arte político”, en: El espectador emancipado, Bordes manantial, pp. 53-84.


Kaufman, A. (2012), “Sobre algunas escrituras de crítica política del lenguaje”, en: Pensamiento de los Confines, nº 28/29, Guadalquivir, UBA sociales, pp. 22-28.

López, M. P. (2012), “La crítica o los modos de aparición intelectual”, en: Pensamiento de los Confines, nº 28/29, Guadalquivir, UBA sociales, pp. 45-52.


Alfonso, A. y L. Murolo (2012), “Imágenes futuras del pasado. De las nervaduras electrónicas de los jóvenes a la reinterpretación de las visiones clásicas. Entrevista a Carlos Vallina”, en: Revista Razón y Palabra, México. Disponible en: <www.redalyc.org>