Una de las cuestiones que las denominadas TIC (Tecnologías de la información y la comunicación), o Nuevas tecnologías digitales nos proponen para analizar es el problema sobre los modos de escritura y lectura que se transforman en vistas a un tiempo y un espacio nuevo que presenta la pantalla como tecnología.
Sabemos que la lectura en plataformas online no formula el mismo código de encuentro con el lector que lo impreso, ya que el espacio de desarrollo permite otros caminos de lectura, a partir de la multiplicidad de links posibles a ser abordados, la cantidad de información que circula, y los tiempos empleados para la concentración.
Del mismo modo los géneros afrontados, como la crítica, la opinión y el comentario, se desdibujan en la multiplicidad de voces que la red ubica.
Nuevamente aquí, para el análisis se debe tener en cuenta las dimensiones de la crítica, la social e histórica, la jurídico-política y la cultural y simbólica.En el campo de lo social histórico podemos decir que el desarrollo y la mutación de las formas escriturales no responde solo al avance de la tecnología, sino que forma parte del propio proceso de desarrollo de la humanidad. De la oralidad a la imprenta los códigos se fueron transformando, del mismo modo que los periódicos y la comunicación masiva han ido proporcionando escrituras y géneros diversos a través del tiempo. La red entonces se articula con esta historia, y se propone como innovación necesaria de ser pensada a la luz de la sociedad en la que surge.
En lo que respecta al campo jurídico-político, las regulaciones de la web implican la transfiguración de las distancias, los espacios y el tiempo, que problematizan las leyes establecidas en torno al derecho de autor, la comunicación masiva, el desarrollo de plataformas e industrias culturales, y la función de la política como órgano regulador.
En tanto que lo cultural y simbólico constituye un mundo inabarcable donde el presente y el pasado se cruzan en el tiempo (se puede acceder a material del siglo pasado, como también a obras publicadas o exhibidas en un lugar del mundo al mismo instante que en otro).
¿Cómo afecta entonces esta nueva situación a la escritura crítica?
En principio como acto-motor que no involucra al lápiz, sino al teclado como instrumento. Esta cuestión que parece menor, nos permite reflexionar sobre el trazado y la forma de las grafías, que por un lado proponen un sistema regulado por el software informático, pero por el otro no quitan la posibilidad de agrupar las palabras del modo que el autor lo solicite. Sin embargo, el crítico se transforma de escritor en usuario, ya que su propuesta no solo involucra la escritura para un medio, sino el uso de la tecnología específica y sus soportes posibles a la hora de configurar su mensaje.
Podemos decir que hay una digitalización de la esfera cultural que modifica los consumos del arte y sus interpretaciones, configurando otros textos sobre la cultura y modos de pensar que no siempre se corresponden con el sistema analógico.
En una escritura tradicional encontramos:
La escritura digital propone una lectura más participativa y un vínculo de intercambio directo con el autor de la crítica, y en muchos casos entre obra y crítica. La relación con el lector se ve articulada de modo distinto, ya que aquel que lee en la mayoría de los casos puede utilizar la palabra propia para debatir con el crítico, ubicar sus comentarios y así resignificar el sentido de la primera escritura en múltiples posibles. Esto no quiere decir que esta práctica nazca con la digitalización, sino más bien expone socialmente la experiencia de la lectura que de otro modo se constituye como privada.
Este tipo de escritura se convierte en un hipertexto que permite enlazar y compartir información, imágenes, sonidos, y articulaciones varias, que la escritura gráfica impresa no proporciona como posibilidad.
Por otra parte, debemos decir, que la mente humana funciona desde su origen como conector de vínculos, siendo este el proceso principal del pensamiento. A su vez, ya textos clásicos de la literatura como Rayuela (1963) de Julio CortázarJulio Cortazar. Tristán Bauer. 1994. Documental biográfico sobre la vida y obra del escritor argentino. Disponible en: <vimeo.com>, proponen al lector el juego de armar su propio camino de lectura.
Si bien la hipertextualidad es una característica ligada a las nuevas tecnologías, su potencialidad histórica se encuentra en la cultura desde antes de la aparición del software.
Entrevistas a críticos argentinos sobre el problema de la crítica y las transformaciones culturales
En los últimos años con el avance de Internet y la proliferación de sitios, blogs y redes sociales, el mapa de la crítica de cine se modificó. La tradicionales críticas de cine de los diarios nacionales o de revistas especializadas como El Amante (hoy convertida en sitio online), conviven en la actualidad con una amplia gama de opciones. ¿Cuál es el rol de los críticos y el peso dentro de la industria en estos días? A partir de esas premisas convocamos en Punto Cine, a críticos y periodistas especializados de diarios nacionales, sitios online y blogs de críticas. Diego Batlle (Otros cines), Juan Pablo Russo (Escribiendo cine), Marcos Gustavo Vieytes (Hacerse la crítica / El amante), José Luis De Lorenzo (A Sala llena), Ezequiel Boetti (Página 12 / Otros cines) y Mex Faliero (Fancinema), analizan el panorama actual de la crítica y cuál es el futuro de la misma. Un debate con miradas diversas sobre el estado de la crítica en la Argentina. Seguir leyendo en: <www.punto-cine.com> y <www.punto-cine.com>
En una escritura digital crítica, el autor no debe olvidar las herramientas principales que permiten el desarrollo de un análisis profundo, de tal manera que la secuencialidad interrumpida por la posibilidad de articulación de links o vínculos que llevan a otros textos e imágenes, debe ser expuesta siempre con la intencionalidad de sostener y argumentar la hipótesis principal de la intervención a la obra elegida.
Es decir, que el crítico debe usar las posibilidades que la tecnología brinda para el acceso a la cultura, pero con el fin de orientar al lector a una posible comprensión y conocimiento mayor de aquello que se le propone como línea de lectura sobre la obra abordada.
Decimos entonces que la escritura crítico-analítica de lo impreso a lo online puede conservar el mismo modelo estructural, o variar su forma con relación a las posibilidades que la tecnología le brinda, pero siempre con el objeto de identificar y conocer la verdad de la obra abordada.