Tipos textuales - Texts types

Las características de presentación de la descripción son una cuestión importante a tener en cuenta al abordar un texto descriptivo. Al respecto, Álvarez sostiene:

Para Álvarez, no es necesario un ordenamiento secuencial en la descripción dado el carácter global de esta. Sin embargo, para autores tales como Montolío y otros (2000), algunos textos académicos descriptivos presentan un primer párrafo con la definición del tema de estudio y en los párrafos subsiguientes establecen sus propiedades, cualidades y morfología.

Montolío y otros señalan a la estrategia discursiva como una operación básica en la descripción dentro de un texto académico, sosteniendo que esta:

Para estos autores, los textos descriptivos complejos presentan la analogía o comparación, que consiste en comparar el objeto o concepto descripto con algo más sencillo, más familiar y conocido para el lector. Es decir, la analogía, cuando es adecuada, puede hacer sencillo lo incomprensible.

Respecto del texto descriptivo, el Diccionario de Términos Clave de ELE, del Centro Virtual Cervantes, afirma:

Para finalizar la caracterización del texto descriptivo Calsamiglia Blancafort y Tusón Valls (1999) expresan que, con la descripción se representa “lingüísticamente el mundo real o imaginado: en el ámbito humano –personal y social– y sus esferas de actividad; en el ámbito creado por los humanos: construcciones, aparatos y artefactos; y en el ámbito natural: rocas y montañas, animales, plantas y paisajes”.

Además, agregan que con la descripción se expresa la forma en la que se percibe el mundo a través de los sentidos –vista, oído, olfato, tacto y gusto–, y a través de las actividades mentales de recuerdo, asociación, imaginación e interpretación. Y que puede aplicarse tanto a estados como a procesos, desde diversos puntos de vista que van desde el extremo más objetivo al más subjetivo.

Finalmente, Calsamiglia Blancafort y Tusón Valls (1999) reseñan el proceso de composición de una descripción con el ejemplo de la propuesta de Adam (1992):

Según Calsamiglia Blancafort y Tusón Vals (1999), lo expresado hasta el momento puede articularse con los elementos lingüísticos discursivos más característicos de la descripción, que son los sustantivos y adjetivos; la selección de las palabras adecuadas determinará el éxito de la descripción. Y agregan, además, que la descripción usa verbos en presente o imperfecto como presentadores de entidades y sus características. También aparece la enumeración como recurso utilizado con frecuencia en la descripción, la que usualmente irá de lo general a lo particular, o del todo a las partes.

Existen otras características salientes de la explicación relacionadas con su estructura que deben destacarse y que ayudarán al estudiante a reconocer partes del texto como explicaciones, para luego decidir si debe continuar con la lectura o no.

Al respecto, Álvarez Rosa (2012) sostiene que todo texto explicativo conforma una estructura tripartita por la que, en primer lugar, se presenta un objeto complejo, luego se problematiza mediante la implicancia de un interrogante que busca el porqué o el cómo sobre el objeto presentado y, finalmente, se transforma el objeto en un nuevo elemento u objeto explicado.

Otros autores, como Castelló (2007), sostienen que la explicación tiene la intención de hacer comprender las causas subyacentes a los hechos, datos o fenómenos explicados, dar cuenta de su razón de ser.

Este autor agrega que también existen conectores de enfatización y de expansión para destacar la información más relevante, para ejemplificar o agregar detalles, a fin de que el lector comprenda mejor el tema que se explica.

Castelló (2007) denomina “estrategias expansivas” a aquellas que aclaran, ejemplifican un concepto o proporcionan información adicional sobre un hecho o idea. Por ejemplo, la definición, la sinonimia y antonimia, los ejemplos y la paráfrasis para expandir la información y proporcionar elementos adicionales para la comprensión. Además de la comparación y la metáfora, por las que se establecen conocimientos compartidos que facilitan la comprensión del discurso.

Autores como Pérez Grajales citan a Adam en un intento de proveer una definición del texto instructivo:

Además de dirigir las acciones del lector hacia la realización de una tarea, el texto instructivo se presenta en forma lineal mediante instrucciones ordenadas de manera temporal. Las acciones principales van seguidas de las secundarias y se emplean conectores temporales para ordenarlas, lo que llevará a la consecución de la tarea.

Finalmente, el texto directivo o instructivo usa ciertas marcas gráficas, como las viñetas o la numeración, para diferenciar o secuenciar los distintos pasos a seguir, además de imágenes para clarificarlos y reforzarlos.

Para poder observar las características distintivas de diversos textos instructivos y sus funciones dentro de los textos académicos relacionados con la seguridad e higiene, se proponen las siguientes actividades.

Para caracterizar el texto narrativo se puede citar a Valles Calatrava, quien en su libro Teoría de la Narrativa: una perspectiva sistemática sostiene que:

El autor, además, hace referencia a una clasificación amplia de los textos narrativos en narrativa natural, literaria o artística, histórica e informativa, marcando la diferencia entre ellas como centrada en la función referencial, una mayor o menor existencia de dimensión ficcional y mimetismo con respecto a la realidad.

El texto narrativo histórico y el informativo son los que se dan más habitualmente en la bibliografía académica. En relación con el texto narrativo histórico, Valles Calatrava sostiene que lo que distingue a este tipo del narrativo poético es la veracidad, es decir, se atiene a la verdad de los hechos narrados.

Ahora bien, en cuanto al texto narrativo informativo, este autor sostiene que se focaliza en la veracidad, la objetividad, la inmediatez, la novedad y el interés general, en definitiva, es un relato de y sobre hechos actuales, noticiables, interesantes y novedosos.

Este autor enumera los componentes fácilmente diferenciables en toda narración: los acontecimientos, los personajes, el espacio y el tiempo. Por otro lado, menciona los actores operativos de todo texto narrativo, como el autor, el lector, la representación y la narrativa misma.

Los componentes más relevantes en el texto narrativo para la bibliografía académica de este curso son los acontecimientos, la secuencia narrativa, los personajes y el tiempo de la narración.

Los acontecimientos, según Valles Calatrava (2008), son los elementos atómicos, sucesos, actos o nudos narrativos que integran la acción, que son experimentados por los participantes y que se ordenan causal y cronológicamente. Entonces, la suma de acontecimientos o sucesos que forman la historia es lo que este autor denomina acción narrativa.

Sin embargo, para él hay distintas formas de acción narrativa. La historia no siempre es lineal y única, sino que puede estar fragmentada o ser múltiple. Pueden presentarse acciones desdobladas, concurrentes, opuestas, dependientes de la trama principal, de igual importancia o subordinadas unas a las otras.

Esto da lugar a la secuencia narrativa, entendida como la articulación sintáctica de funciones que corresponden a la lógica de las acciones narrativas que, a la vez, forman unidades organizadas en ciclos. Por lo tanto, la secuencia narrativa se puede definir como bloques unidos por conectores lógicos secuenciales que marcan las fases de inicio, desarrollo y cierre del proceso, el cual puede ser único o estar encadenado a otro proceso, conformando un entramado complejo.

En cuanto a los personajes, Valles Calatrava (2008) distingue entre la caracterización del ser y del actuar del personaje. Los signos del ser del personaje son por lo general estáticos y se expresan mediante sustantivos y adjetivos que caracterizan o identifican al personaje desde el punto de vista físico, psicológico, social o cultural. Por otro lado, los signos de acción del personaje están marcados con verbos que van cambiando con el transcurrir de la narración.

El autor también se refiere a que los sucesos y seres de una narración se presentan en una localización espacial y configuran el espacio como un enmarcamiento o coordenada donde aparecen los personajes y suceden los hechos.

Los indicadores discursivos sobre esos lugares se reflejan a través de determinados signos lingüísticos y gramaticales como los sustantivos de lugar, topónimos (nombres propios de lugares), verbos de situación, adverbios de lugar, conjunciones y preposiciones que sitúan, tanto a los personajes como a los hechos.

En cuanto al tiempo, Valles Calatrava (2008) sostiene que existen diferentes tipos de tiempo en la narración. Así, nombra al tiempo físico o experiencial como el resultado de la comprensión humana de las leyes de la naturaleza, el tiempo crónico o convencional, generado por las divisiones a que se somete el tiempo físico para ser utilizado por el hombre, como el calendario y el reloj.

El tiempo psicológico está marcado por las formas personales de captar y organizar el tiempo físico. El tiempo lingüístico, de naturaleza intersubjetiva y comunicativa, es instaurado a partir del presente del sujeto enunciativo, es decir: el que narra utiliza el tiempo verbal a partir de “su” presente en el momento de la narración.

Identificar los elementos de la narración y entender los sucesos en la forma en que realmente transcurren es importante en los textos de esta categoría pertenecientes a la bibliografía académica y profesional sobre higiene y seguridad laboral.

Para ello, a continuación se proponen dos actividades relacionadas con estos textos.

En el contexto académico y profesional, los textos bibliográficos que presentan la argumentación como secuencia dominante son, por ejemplo, los artículos de opinión, los debates, la sentencia o la demanda en los textos jurídicos y el artículo de investigación.

Algunas de las técnicas argumentativas utilizadas en la defensa de una tesis son, entre otras: la ejemplificación, la generalización, las analogías, las concesiones, la mención de las causas o el establecimiento de consecuencias.

Los elementos lingüísticos usados para marcar distintas partes de la argumentación son los conectores contrastivos, causales, consecutivos y distributivos. Desde la cohesión léxica se aplica la antonimia o la complementariedad.

Marimón Llorca cita a Lo Cascio para referirse a los elementos básicos de la argumentación:

En definitiva, para convencer al receptor de aquello que el autor del texto argumentativo sostiene, la estructura debe concentrarse en sus dos elementos principales, es decir, en la tesis, por un lado, y en el cuerpo argumentativo, por el otro.

La tesis es la idea sobre la que se reflexiona, mientras que en el cuerpo argumentativo se vuelcan todos los recursos posibles para convencer al receptor. Estos pueden reflejarse en argumentos que apoyan a la tesis; concesiones o ideas contrarias a la tesis, pero que se aceptan provisionalmente; refutaciones en las cuales se rebate en forma parcial o completa la tesis contraria, así como en contraargumentos que invalidan los argumentos contrarios a la tesis o las concesiones realizadas anteriormente.