Introducción
Mi cuerpo es la política hecha carne, es la lucha contra la opresión e invisibilización, un repudio al capacitismo, a los estereotipos, a los prejuicios y juicios sociales.
Fragmento de “Mi cuerpo es”, de Daiana Travesani
A lo largo del desarrollo de la Modernidad, se sostuvieron distintas perspectivas en torno a la educación de las personas con discapacidad. Los siglos XIX y XX estuvieron signados por una mirada médico-patológica que fundamentó procesos de segregación en los escenarios escolares, basados en criterios de déficit y anormalidad de determinados sujetos. A partir de la segunda mitad del siglo XX, los movimientos de personas con discapacidad comenzaron a irrumpir en el espacio público, trasladando la experiencia personal y colectiva a distintos ámbitos, entre los cuales se encuentra la investigación social. Desde entonces, el campo de la discapacidad en contextos educativos, y, en particular, el campo de la Educación Especial, trascienden los abordajes tradicionales (concentrados en la intervención educativa para la compensación de los supuestos déficits, las prácticas psicométricas y rehabilitadoras del campo de la salud, etc.) para poner el foco, de modo creciente, en el análisis de múltiples dimensiones que operan como condicionantes de las experiencias educativas, entre ellas, la histórica, la cultural, la institucional, la normativa y la estrictamente pedagógica. En este marco, el enfoque general que aborda el posicionamiento teórico-conceptual, epistemológico, ideológico del presente trabajo se ubica en el campo de los Estudios Críticos en Discapacidad, con un fuerte énfasis en los aportes situados emergentes en las particularidades histórico-culturales de América Latina, como también en la complejidad que atraviesan los múltiples y contrapuestos discursos en la lucha permanente por la hegemonía.
El material se organiza en dos grandes bloques. La primera parte está conformada por las unidades 1 y 2; y la segunda, por las unidades 3 y 4. En el primer bloque, se abordarán las perspectivas pedagógicas e históricas que significaron la presencia de las personas con discapacidad en las instituciones educativas. Para ello, es necesario conocer qué implica pensar la alteridad en nuestras sociedades en general y en los ámbitos educativos en particular, analizando sus prácticas, sus instituciones y sus discursos. Además, se trabajará sobre el reconocimiento del marco normativo que actualmente regula el acceso a la educación como un derecho humano. En el segundo bloque, las perspectivas teóricas que fundamentan la discapacidad como una construcción social serán articuladas desde un enfoque interseccional promoviendo el diálogo entre epistemologías feministas, indígenas y decoloniales que abordan de manera situacional diferentes aspectos que ineludiblemente marcan las experiencias y, por tanto, las trayectorias educativas. Finalmente, se reflexionará críticamente en torno a las expresiones de las desigualdades abordando el carácter relacional de las diferencias en el sistema educativo actual. Se buscará promover un posicionamiento desde la ética, la responsabilidad, la accesibilidad institucional y el acompañamiento de las trayectorias singulares. Además, en reconocimiento a la producción de una vasta bibliografía en torno a “buenas prácticas”, estrategias y apoyos pedagógicos –muchos de los cuales han sido elaborados o sistematizados en el seno y la vida cotidiana de las instituciones educativas–, se decidió incluir en la última unidad algunas sugerencias bibliográficas que proponen orientaciones pedagógico-didácticas orientadas a garantizar el derecho a la educación y a la participación social de todas las personas.
En definitiva, este material busca realizar una aproximación a los aspectos pedagógicos, epistemológicos, culturales e históricos fundamentales que atraviesan al campo de conocimiento que entrelaza a la discapacidad y la educación, desde una perspectiva crítica, interseccional, decolonial y situada.
Lo expresado implica un posicionamiento político en torno a la discapacidad, a las identidades y a las desigualdades que atraviesan a la sociedad que, si bien tiene amplio desarrollo en distintas latitudes, acompañando y tensando las luchas de personas con discapacidad desde hace décadas, aún es objeto de cuestionamiento por algunos sectores sociales que han naturalizado las pautas establecidas por el proyecto decimonónico de los Estados nacionales y sus instituciones.
El posicionamiento que aquí se desarrolla parte de expresar que no existe neutralidad en la educación tradicional y normalizadora que hemos conocido (y que en muchas ocasiones se pretende instalar). Allí también ha existido un fuerte posicionamiento ideológico de marcación de las identidades y las diferencias que es el que aquí instamos a problematizar a la luz de las consecuencias que la “ideología de la normalidad” (Angelino, 2009) ha tenido en la vida de las personas, en general, y de las personas con discapacidad, en particular, a través de las distintas generaciones que transitaron y/o transitan el Siglo XX y lo que va del XXI.
Este trabajo ofrece discusiones que posibilitan una introducción a las múltiples singularidades, complejidades, tensiones y matices que se despliegan en torno de la discapacidad. En este sentido, se entiende a la discapacidad, sobre todo, como experiencia que se entrama, simultáneamente, entre el plano de la subjetividad, el plano sociocultural y la dimensión ético-política. Es por ello que, sin desconocer las clasificaciones biomédicas que han distinguido históricamente la discapacidad a partir de diagnósticos y tipologías generales (por ejemplo, en aspectos orgánicos, viscerales, motrices, sensoriales, intelectuales o mentales), en este texto -posicionado desde la pedagogía como campo complejo, dinámico y crítico- se optó por no poner el foco de la escritura en esas categorizaciones que, históricamente, protagonizaron los discursos acerca de la educación en detrimento de las experiencias, las posibilidades, la confianza pedagógica, las múltiples narrativas.
Realizada esta aclaración, es pertinente señalar a quienes lean estas páginas que a la hora de recuperar el valor del conocimiento que se desprende de las experiencias situadas, en las distintas unidades, se recurrió a ejemplos concretos que otorgan un sentido vivencial a las problemáticas conceptuales analizadas. En esas experiencias situadas emergen referencias específicas a determinadas situaciones que responden únicamente a la necesidad de plantear ejemplificaciones concretas que contribuyan a una mejor comprensión.
En esa línea, interesa propiciar problematizaciones que convoquen a desnaturalizar ideas y lógicas, tales como la normalidad o el binarismo entre muchas otras, fuertemente arraigadas en los discursos hegemónicos de Occidente, tanto dentro de los ámbitos educativos como en el contexto social más amplio, a partir de comprenderlas como el resultado de las tramas culturales e históricas que conforman al sujeto de la educación.
Algunas palabras acerca de la “pedagogía especial”: ¿buscando la metamorfosis?
[...] el binomio exclusión / inclusión no nos deja respirar, no nos permite vivir la experiencia de intentar ser diferentes de aquello que ya somos, de vivir la diferencia como destino y no como tragedia.
Carlos Skliar
Las autoras de este trabajo queremos ahora poner el foco en la pedagogía en tanto campo académico que permanentemente se interrelaciona con otros ámbitos en los que circula y se construyen saberes, considerando que, habitualmente –y en línea con cierto “sentido común”– muchos educadores y educadoras suelen interpretar que el espacio formativo asignado a “lo especial” se relaciona directamente con formas de intervención “específicas” sobre aquellas personas que corporizan la discapacidad en distintos contextos educativos. Si bien el material que aquí se presenta pretende sostener una perspectiva atenta a la accesibilidad, suele ser necesario aclarar enfáticamente que no se trata de un manual, una guía de instrucciones, ni mucho menos una didáctica para trabajar con aquellos y aquellas estudiantes identificadas por los discursos tradicionales como “especiales”, “diferentes”, “integrados”, etcétera.
Por el contrario, este trabajo pretende recuperar el acervo de la ciencias sociales en la tarea de sistematizar algunos de los grandes debates, herencias y tradiciones que imbuyeron los discursos del campo de la educación adjetivada como diferencial, especial, integradora o inclusiva (dependiendo del momento histórico que se observe), atendiendo especialmente a una problematización de las principales conceptualizaciones, los debates teórico-metodológicos y las intervenciones vinculadas con la discapacidad proporcionadas desde distintos campos disciplinares y desde distintas narrativas. Para ello, retomamos la definición de Adriana Puiggrós y Roberto Marengo (2012: 19), quienes consideran “a la educación y su producción teórica como un campo de articulación de conocimientos, saberes y experiencias, sistematizado con metodologías diversas, generalmente asociadas a la producción filosófica, de las ciencias sociales y de la psicología”.
Al interior de ese campo, diferentes saberes fueron constituyendo a las personas con discapacidad como sujetos diferenciados de la educación común. En tal sentido, la historia de la educación especial da cuenta de un abordaje educativo que, durante largos períodos, estuvo caracterizado por lo que Rita Segato denominó “pedagogías de la crueldad”. Es decir, por aquellos “actos y prácticas que enseñan, habitúan y programan a los sujetos a transmutar lo vivo y su vitalidad en cosas” (2018: 13). De esta manera, aquello que fluye errante e imprevisible – tal como ocurre la vida – fue capturado y cosificado por la pedagogía de la crueldad (Segato, 2018). Podríamos afirmar que en el campo de la educación y la discapacidad esta pedagogía, mediante distintas formas de violencia, se ocupó de definir al sujeto asignado “con discapacidad” como “lo anormal, lo deficiente, lo especial” (Vega, 2010). Segato (2018) también señaló que la repetición de la violencia produce un efecto de normalización de cierto paisaje de la crueldad que se vuelve habitual, promoviendo en la gente bajos umbrales de empatía y la desensibilización de la ciudadanía frente al sufrimiento de “semejantes” a quienes se les asigna la “otredad”.
De acuerdo con la autora, proponemos aquí concebir y diseñar pedagogías otras o “contra-pedagogías capaces de rescatar una sensibilidad y vincularidad que puedan oponerse a las presiones de la época y, sobre todo, que permitan visualizar caminos alternativos” (Segato, 2018: 17). Adherimos a algunos indicios que otorga la autora para la formulación de esa contra-pedagogía: tendrá que ser una contra-pedagogía del poder, de la insensibilidad, de la burocracia, de la universalidad; deberá recuperar las experiencias de las personas para encontrar otra forma de pensar y actuar comunitaria y colectivamente, identificar las violencias presentes en la vida educativa y social e instar a la reciprocidad y la conciencia para la creación de un mundo vincular y comunitario que ponga límites a la cosificación de las vidas (Segato, 2018).
Consecuentemente, entendemos que la pedagogía constituye un saber científico que ofrece un vocabulario para la educación, para enriquecer la forma de hablar y pensar acerca de ella (Brailovsky, 2018). Asimismo, entendemos que ese vocabulario es dinámico y puede ser transformado si reconocemos la capacidad de agencia y el activismo de las personas con discapacidad en su vínculo con experiencias educativas. Uno de los ejes centrales de la disciplina pedagógica se consolida en la posibilidad de repensar conceptos, palabras que poseen un poderoso efecto sobre el mundo, abriendo o cerrando caminos para las prácticas, políticas, deseos y proyectos (Brailovsky, 2018). En este marco es que invitamos a reflexionar críticamente acerca de diferentes problemáticas socioeducativas, culturales e identitarias, la educación sexual integral, los modos de resistencia, las desigualdades, las barreras socialmente construidas y las expresiones de violencia capacitista en los ámbitos educativos.
Acerca de la accesibilidad como práctica de transformación en la labor pedagógica
Todavía existe algo que nos salva; el deseo que nos habita hambriento de romper el espejo y salir a dibujar nuestro propio reflejo.
Fragmento de “Salir de casa”, de Gianna Mastrolinardo
Dado que todo proyecto educativo constituye un proyecto político (Puiggrós y Marengo, 2012; Pérez, Gallardo y Schewe, 2018), nos gustaría señalar que para procurar la mayor accesibilidadN posible se realizaron descripciones alternativas de cada una de las imágenes y gráficos que se presentan, que serán identificadas por los lectores de pantalla que utilizan habitualmente las personas con discapacidad visual. Por otro lado, a fin de dinamizar la lectura, se utilizaron formas diversas de expresión para promover una comprensión reflexiva a partir de la lectura, acompañada por imágenes ilustrativas, gráficos que sinteticen las ideas expuestas, materiales audiovisuales académicos y otros más cercanos al lenguaje artístico o coloquial, así como producciones difundidas por organizaciones sociales de personas con discapacidad vinculadas al ámbito educativo y cultural. Por otra parte, se buscó evitar la marcación de género, recurriendo a la forma impersonal en la escritura, evitando expresiones como @ o X, con la intención de no generar mayores obstaculizadores a la lectura, considerando que ese tipo de caracteres no son legibles para los lectores de pantalla y no promueven la lectura fácil y la pronunciación sencilla. Esta decisión no implica desconocer las barreras que imponen los textos académicos; tampoco minimizar la interiorización de las violencias, y el ocultamiento histórico que han sufrido y aún sufren las mujeres y las disidencias en general, especialmente, quienes habitan nuestra región. En reconocimiento de ello, se decidió destacar, a lo largo del trabajo, a algunas personas –en particular a algunas mujeres- cuyas trayectorias en el campo académico y en los activismos, han realizado enormes contribuciones al campo de los estudios críticos en discapacidad.
Por estas razones, perseguimos el propósito de trazar en cada una de las cuatro unidades, un recorrido que permita comprender de manera contextualizada cada una de las discusiones temáticas que se desarrollan, como así también poner de relieve la heterogeneidad que asume la experiencia de la discapacidad y la importancia que cobra la superación de perspectivas clasificatorias. Sostenemos más bien, la necesidad de promover abordajes respetuosos, habilitando la interpelación constante de nuestros propios posicionamientos y la apertura a la incertidumbre (Bárcena, 2005) en el devenir del acontecimiento pedagógico.
Organización y desarrollo
Como se anticipó, el trabajo que aquí se presenta, se encuentra organizado en cuatro unidades.
La primera unidad, “Pedagogía, pedagogías y normalizaciones”, desarrolla un abordaje conceptual crítico en torno al campo de la pedagogía en términos generales. El foco de esta unidad se centra en deconstruir, en términos sociohistóricos, la construcción de una supuesta normalidad humana, en contraposición a la invención de una alteridad a la que se supone deficiente. Para ello, se problematizan, en el seno de las instituciones escolares, la encarnación de formas de disciplinamiento, la naturalización de lo normal y lo patológico, la emergencia de la noción de “inclusión educativa” entre la puja por la conquista de nuevos derechos y la permanencia de eufemismos o perífrasis en los discursos pedagógicos, la irrupción de perspectivas de accesibilidad y la crítica al capacitismo en América Latina.
La segunda unidad, “Educación especial y discapacidad”, se aboca a pensar las relaciones entre lo que actualmente se entiende como “educación común” y “educación especial”. En primer lugar, se describe la influencia de la medicina y la psiquiatría en la organización de las instituciones educativas, caracterizando los procesos de medicalización de las infancias. Como resultado de este proceso de distinción y categorización diagnóstica de las vidas, las instituciones escolares constituyeron al sujeto de la educación especial, en contraposición al sujeto de la educación común. A lo largo del texto, se profundiza sobre los modos en que, bajo la ideología de la normalidad y el capacitismo, el Estado y las instituciones educativas, han producido discursos, prácticas y representaciones –que comúnmente suelen estudiarse en términos de “modelos”– acerca de la discapacidad. Finalmente, los últimos apartados están abocados a estudiar las políticas y normativas que, en la actualidad, constituyen el paradigma de la inclusión educativa.
En la tercera unidad, “Discapacidades, educación e interseccionalidades”, la propuesta es avanzar hacia una comprensión de la discapacidad y la educación desde las dimensiones sociales, culturales e identitarias. Con esa intención, se recuperan los abordajes más novedosos en nuestra región que, en las últimas décadas, han vinculado el campo de los estudios en discapacidad con los estudios provenientes de los feminismos, la perspectiva decolonial y las metodologías interseccionales. En esa línea, se recuperan narrativas, intervenciones y expresiones de resistencia en el plano político, comunicacional y artístico, entre otros. Desde la perspectiva de las experiencias, también se abordan los derechos sexuales y reproductivos vinculados a la experiencia de discapacidad, así como problemáticas socioeducativas.
En la última unidad, titulada “Capacitismo y educación hoy”, se abordan las desigualdades que aún atraviesan estudiantes con discapacidad y que se expresan en el sistema educativo. Se problematizan barreras, violencias capacitistas y los modos posibles de transformarlas atendiendo al carácter relacional de las diferencias humanas. Además, se plantean posibles abordajes situados en el acompañamiento de las trayectorias educativas, desde la perspectiva de la ética, la responsabilidad, la accesibilidad y la atención a la singularidad y situacionalidad de cada contexto.
Agradecimientos
Agradecemos a las personas queridas que siempre están cerca, compartiendo realidades, momentos, lecturas y reflexiones. También a las redes en las que tramamos iniciativas y proyectos, tanto de los académicos como de los otros tantos.
Agradecemos a los y las docentes que dejaron en nosotras inquietudes para activar nuevas preguntas; a los y las estudiantes con quienes transformamos cotidianamente nuestros planes y perspectivas; a los múltiples activismos que buscan desnaturalizar y revertir las desigualdades en los distintos ámbitos de la vida social. Este material, pensado para la reflexión-acción educativa, fue escrito durante la mutación de nuestras propias clases, lo que nos permitió el privilegio de vivenciar aquello que Paulo Freire describía algunas décadas atrás: “No hay docencia sin discencia […]. Quien enseña aprende al enseñar y quien aprende enseña al aprender” (Freire, 1997: 25).
Gracias también a todas las personas que colaboraron puntualmente con alguna de las partes de este trabajo, en particular, a Graciana Pérez Lus por colaborar cálidamente en nuestro humilde homenaje a su madre, una de nuestras grandes referentes; a las autoridades de la Licenciatura en Educación y del Departamento de Ciencias Sociales por abrir la posibilidad de esta reunión; al equipo de trabajo de la Dirección de Materiales Didácticos de la Subsecretaría de Educación Virtual y Bimodalidad por el acompañamiento en el proceso de escritura, correcciones y el asesoramiento en la generación de recursos didácticos; a la Secretaría Académica y a la Secretaría de Investigación de la UNQ por hacer posible nuestra labor cotidiana; al CONICET y a nuestras redes de activismo, trabajo y apoyo entre las cuales armamos puentes y comunidad, muy especialmente a los y las compañeras del Observatorio de la Discapacidad de la Universidad Nacional de Quilmes, institución pública argentina de la cual nos sentimos orgullosas.