Entendemos por síntesis ir de lo simple a lo complejo, y en nuestro caso el término se aplica perfectamente, pues mediante la combinación de elementos simples (sonidos puros, por ejemplo) podemos arribar a resultantes de un alto grado de complejidad.
Las técnicas de síntesis suelen ser agrupadas en dos categorías: las técnicas lineales y las no lineales. Básicamente, las
primeras son la síntesis aditiva y la sustractiva, mientras que el resto de las técnicas pertenecen a la categoría no lineal.
Una técnica se define como lineal si la cantidad de elementos simples que se ponen en juego está en relación lineal
con los resultados que se obtienen. En el caso de la síntesis aditiva resulta obvio, dado que por cada nueva componente
que deseo sumarle a un sonido complejo debo agregar un nuevo oscilador al proceso de síntesis. En las técnicas
no lineales esta relación no se mantiene, pues con pocos elementos simples, pero conectados de otras formas, puedo
obtener resultados muy complejos, como en el caso de la síntesis por frecuencia modulada, que luego trataremos.