La textura depende de la relación entre los planos sonoros o estratos de una
secuencia. Concretamente, es el número de planos sonoros, su interrelación y su
jerarquía. Existen músicas y secuencias sonoras que presentan una sola textura
durante todo su transcurso y otras que cambian de textura. La textura es un tipo
de organización complejo y multidimensional (en el sentido en que depende de
la interacción de varios tipos de organización sonora). Típicamente, se presentan
cinco tipos de texturas:
a. Monodia: se puede comparar al primer plano en una fotografía o pintura. Se
trata de un solo estrato sonoro.
b. Fondo-figura: se puede comparar a una figura-fondo en una fotografía o pintura.
En su forma más simple se constituye de un plano principal y uno secundario.
Típicamente, en la música, una melodía con un acompañamiento,
pero también podría ser una secuencia sonora de un locutor hablando con
una música de fondo. Existen muchas y muy ricas variantes de esta textura,
porque puede haber más de un personaje y más de un plano secundario o de
acompañamiento.
c. Homoritmia: varias figuras sincronizadas temporalmente. Por ejemplo, cuando
varias melodías ejecutadas por varias voces siguen el mismo intervalo temporal
(muy común en los corales para voces). Pero también puede darse en recitados
simultáneos o en secuencias con instrumentos de percusión, etcétera.
d. Polifonía: varias figuras, todas ellas con un grado aproximado de importancia,
como en un retrato colectivo. En música se denomina también contrapunto.
Un ejemplo musical muy común y paradójico son los cánones, que son piezas
musicales a varias voces en las que cada voz canta la misma melodía (o la
misma melodía con variantes) pero desfasada temporalmente. En una escena sonora, una polifonía puede estar constituida por diversos planos sonoros
independientes. La localización espacial de cada plano puede ayudar mucho
a su diferenciación e independencia.
e. Heterofonía: se produce cuando se presentan varios planos distintos, pero
son muy parecidos y no están sincronizados. Se percibe como una “masa sonora”
en movimiento y si bien se detecta la presencia de varios estratos, no es
posible individualizar de manera precisa ninguno de ellos. Es muy común en
ciertas músicas primitivas o tradicionales tocadas con muchos instrumentos
iguales de manera no sincronizada, pero también en la música moderna. Un
buen ejemplo de heterofonía en una secuencia sonora no-musical sería una
gran cantidad de gente hablando simultáneamente, en donde se distinguen
distintas fuentes sonoras, pero no se puede individualizar ninguna.
Texto aparte
Es interesante destacar que son posibles, y muy comunes,
combinaciones de los tipos de textura b, c y d con planos o
estratos sonoros de muy diversos grados de variedad y jerarquía.
Por ejemplo, en la música Barroca eran muy comunes las obras
en las que un instrumento (el clavecín o laúd) realizaba un
plano de acompañamiento con acordes sobre un bajo tocado
por una viola da gamba y dos o tres instrumentos (como por
ejemplo, violín, oboe, flauta, etc.) realizaban melodías en
contrapunto (polifonía).