La cualidad espacial del sonido se relaciona con cuatro atributos principales: localización, movimiento, entorno y ancho. Se tratarán aquí solo los tres primeros.
• La localización es el punto del espacio físico en el que
nuestro sistema auditivo establece que se encuentra
posicionada la fuente sonora que produce el sonido. Cuando
esta localización no es fija, sino cambiante, se infiere que la
fuente sonora se encuentra en movimiento.
• El entorno es el lugar en donde se encuentra la fuente
sonora que produce el sonido. Las características de los
entornos modifican de manera muy significativa la forma
en que un sonido es percibido.
Dos aspectos complementarios, pero distinguibles, de la localización son la dirección y la distancia. Se tratan por separado a continuación.
Dirección
Para la determinación de la dirección desde la que una fuente emite sonido se
pueden usar dos ángulos:
a. El ángulo horizontal, o acimut, a partir del que se determina si la fuente está
a la derecha, izquierda, atrás o adelante del oyente.
b. El ángulo de elevación, a partir del que se determina si la fuente está arriba o
abajo del oyente.
Es posible imaginar la dirección de la localización como una
esfera cuyo radio es la unidad y la superficie de la que la fuente
sonora se mueve. La cabeza del oyente se encontraría en el
centro de tal esfera imaginaria.
Entonces, se podría pensar en tres categorías generales de
dirección:
a. Derecha-izquierda.
b. Atrás-adelante.
c. Arriba-abajo.
Distancia
Este aspecto establece a qué distancia se encuentra la fuente del oyente. En
la esfera imaginaria descripta anteriormente, la distancia estaría representada
como su radio.
Cuando la fuente sonora cambia de posición, se infiere que está en movimiento.
El movimiento es muy común en las fuentes sonoras de la vida real (¡nosotros
mismos somos una fuente sonora en continuo movimiento!) y muy poco común
en los sonidos producidos por instrumentos musicales.
Fuente sonora estática
En el siguiente ejemplo se presenta una grabación de una voz femenina que dice
la palabra “music”. Es fácil observar que las envolventes de amplitud de los dos
canales de audio son idénticas, indicando que la fuente no cambió su ubicación
y aparentará estar en el frente del oyente.
Fuente sonora dinámica
Fuente con movimiento aparente en el ángulo horizontal (acimut)
El siguiente ejemplo presenta tres sonidos de una fuente que se encuentra
respectivamente a la derecha, al centro y a la izquierda del oyente. Para poder
apreciar claramente su efecto, el oyente se tiene que ubicar de manera equidistante
de los altoparlantes, o bien debe escucharse con auriculares.
El ejemplo presenta varios sonidos breves que simulan una fuente muy cercana que se aleja progresivamente y luego vuelve a acercarse. En estos casos, y cuando se trata de fuentes en recintos cerrados, la proporción entre el sonido directo y la reverberación constituye una pista muy importante para orientar a los oyentes en la apreciación de la distancia.
Cuando una fuente sonora emite un sonido, produce una onda directa que, en su difusión, puede encontrarse con obstáculos (elementos físicos tales como las paredes, techo y piso de una habitación). Esto produce copias (reflexiones) de la onda directa que se van haciendo cada vez más numerosas y se escuchan como una especie de “aureola sonora” de esta. A este conjunto de reflexiones se lo denomina reverberación.
La imagen muestra, en su parte superior,
un esquema de las reflexiones
del sonido directo producido
por una fuente sonora y las reflexiones
de este que llegan a un oyente
ubicado en un punto de un recinto.
En la parte inferior se muestra una
representación del tiempo de arribo
de los distintos ecos.
• Los entornos abiertos, o los entornos cerrados que están
tratados acústicamente para tales fines (con materiales
muy absorbentes, que evitan las reflexiones), no producen
reverberación.
• La reverberación modifica significativamente las
características de los sonidos. En general, los sonidos
“secos” son poco reales y desagradables, por lo que en
las salas musicales se recomienda un monto razonable
de reverberación. Sin embargo, la excesiva reverberación
puede motivar que los sonidos se confundan, dificultando
la audición clara de una sucesión de ellos (en el caso de la
voz puede dificultar la inteligibilidad).
• La reverberación es como la “huella digital” de un recinto
o entorno y tiene muchas características que han sido
extensamente investigadas por los expertos en acústica
arquitectónica. Para los fines de este estudio, simplemente
se pretenderá que se diferencien los sonidos secos (sin
reverberación) de los reverberados.
Reverberante (recinto cerrado)
En el siguiente ejemplo se presenta una serie de sonidos individuales con comienzos
muy marcados que permiten apreciar una serie de ecos muy cercanos
en el tiempo. Dichos ecos, como ya se explicó, se producen por la reflexión de la
onda directa sobre las paredes, techo y piso u otros objetos de un recinto.
Seco (espacio abierto o cámara anecoica)
En el siguiente ejemplo se presenta la misma serie de sonidos individuales que
en el anterior, pero esta vez no se escuchan los ecos luego de cada comienzo
de sonido. Esto indica que tal fuente de sonido se registró, o aparenta estar en
un entorno abierto en el que no hay objetos sobre los que las ondas se reflejen
y produzcan ecos.
Actividad 1
Buscar diferentes tipos de sonidos y analizarlos, usando la taxonomía que se ha desarrollado en esta unidad.
Puede usarse el siguiente método para cada sonido:
- Utilizar una planilla (ver abajo) para cada sonido a analizar.
- Tildar los campos que correspondan.
- En los casos de “invariante” y “única” se deberá seleccionar una sola característica.
- En los casos de “cambiante” o “múltiple” se deberá seleccionar más de una característica.
Texto aparte
Cuando una cualidad cambia, puede hacerlo muchas veces
y con distintos desarrollos temporales para cada cambio (no
como en los ejemplos simples que se han presentado en los que,
por ejemplo, un sonido comienza como liso, se transforma en
rugoso y vuelve a liso).
Asimismo, dos o más cualidades distintas pueden cambiar en un
mismo sonido y no necesariamente hacerlo sincronizadamente.
Por ejemplo, en un sonido el balance espectral puede variar de
opaco a brillante en un tiempo distinto del tiempo en el que su
cualidad de superficie varíe de liso a rugoso.
Actividad 2
Una vez realizado el análisis de un número significativo (entre 10
a 30 aproximadamente) de los sonidos de la actividad anterior,
conformar diferentes subgrupos de los mismos de acuerdo con
similitudes o características en común. Para hacerlo se pueden tener
en cuenta las siguientes categorías:
a. Sonidos con cualidades cambiantes / sonidos con cualidades
invariantes.
b. Sonidos con cualidades únicas / sonidos con cualidades múltiples.
c. Diferentes afinidades por cualidades compartidas.
1. Sonidos con el mismo tipo de cualidad espectral.
2. Sonidos con el mismo tipo de balance espectral.
3. Sonidos con el mismo tipo de tonicidad.
4. Sonidos lisos / sonidos rugosos.
5. Sonidos con el mismo tipo de envolvente dinámica.
6. Sonidos secos / sonidos reverberados.
Esta actividad revelará que entre distintos sonidos pueden establecerse relaciones múltiples. Esto significa que un sonido (A) puede ser similar a otro (B) por afinidad de sus cualidades espectrales y, a la vez, similar a otro sonido distinto (C) por poseer una envolvente parecida, y, a la vez, similar a otro sonido distinto (D) por poseer una granularidad o rugosidad afín, y así sucesivamente. Tales posibilidades de múltiples relaciones entre sonidos a través de diferentes rasgos del timbre constituiría una consecuencia de lo expuesto en la introducción de esta unidad sobre el carácter multidimensional de este (Basso, 2006).
Basso, G. (2006). “Capítulo VI”, en Percepción Auditiva. Colección Música y Ciencia. UNQ, Bernal, Argentina
Saítta, c. (2002). “El sonido”, en La banda sonora: apuntes
para el diseño de la banda sonora en los lenguajes audiovisuales.
FADU, UBA. Buenos Aires.